lunes, 19 de septiembre de 2011

¡Hola mi ángel!

Aquí estoy otra vez escribiéndote, pero esta vez para contarte una buena noticia.
Ya está aquí, ya ha nacido otro ángel, pero este está aquí con nosotros para llenar de alegría e ilusión a tu familia.
No lo he visto, sabes que no va ha ser nada fácil el poder hacerlo, pero me han dicho que es guapísimo, moreno y  que tiene los ojos del color del cielo. Es pronto para decir que se parece a alguien, pero lo que les gustaría a todos, mejor dicho lo que nos gustaría es que tuviera un interior, un corazón como el tuyo.
Me encantaría que estuvieses aquí para que me pudieras contar lo que sientes al abrazarlo, al besarlo, me encantaría que me dijeras lo que sientes al ser tío.
Siempre te gustaron mucho los niños, recuerdo cuando conociste a mi hija… los niños son lo más grande y aunque tu no tuviste niños, se que te hubiera encantado, pero eso ya es un sueño roto, ahora lo que importa y deseamos todos es que crezca sano y fuerte.
Ojala que tú desde el cielo puedas cuidar de él, que lo puedas ver crecer y disfrutar de él. Sé que serás su ángel.
Te echo tanto de menos… no termino de acostumbrarme a tu ausencia. Pronto hará un año de tu marcha y no me hago la idea de no  tenerte. Necesito a ese amigo, a ese hermano que tenía en ti.
Hay días que no pararía de escribir, te contaría tantas cosas, como hacíamos antes, de contarte lo que siento al ver a un mendigo, de contarte la conversación mantenida con un conocido, hasta contarte el miedo que me da el solo pensar que pronto tendré otra revisión de mi padre en el hospital
Son cosas insignificantes, pero cosas que pertenecen a la vida. Día a día sentimos y vivimos situaciones diferentes, es lo que más nos hace sentir que estamos vivos, y por eso te echo tanto de menos, porque ya no te puedo  contar todas estas cosas.
Pero también hay otros días que se me va la ilusión y sé que por mucho que escriba nunca vas a contestar, nunca voy a ver una carta tuya. Desaparece la magia y vuelvo a la realidad. Se me parte el alma el sentir que ya no estás.
Muchas noches desde la cama, miro por la ventana y no te veo, ya no veo a esas estrellas que tanto alumbraban esas noches tan tristes. ¿Dónde estás?... Otra noche que la magia se esfuma.
Solo te pido una cosa, y es que cuides mucho de tu familia, y celebres que donde hay tanta tristeza siempre hay un rallito de luz que ilusiona y da  fuerzas para poder levantarse de nuevo.
Me alegro muchísimo y de corazón esa grata noticia. Es un niño muy deseado y sé que será muy feliz.
No dejes nunca de esta ahí, al otro lado de estas líneas, ahí en el cielo en la esquinita de mi ventana, o en otro universo, solo tienes que estar ahí, con  magia o  sin ella, pero cerca de mí.

Tu amiga que nunca, nunca te olvidará.


Sé que el destino no se puede cambiar, pero hay veces que es tan cruel, sigue su camino sin mirar lo que derrumba, sin mirar cuántos corazones rompe.
Y esto es algo que nunca podré entender.