martes, 6 de diciembre de 2011

RECUERDOS


¡Hola mi ángel!


Un año, un año ha pasado ya….

El pasado 20 de noviembre estuve en el pueblo con tu familia.
Sabes que fui a verte al cementerio, hice un gran esfuerzo, pero no siempre tengo la ocasión de poder ir. Por un segundo la mano que tocó mi hombro pensé que eras tú. Pero fue la mano de una de las personas más importantes de tu vida, la de tu “Loquita”.
Se hizo una misa para recordarte, estaban todos los amigos y vecinos del pueblo y muchos de tus familiares. La iglesia estaba llena de gente, no quedaba un sitio libre.
Parece que es como si no pudiéramos faltar a la última cita contigo, todos necesitábamos estar allí… a partir de ahí ya no podemos hacer más por ti. Era esta la última vez que íbamos a estar todos juntos para decirte por última vez en público que te queremos y que nunca te vamos a olvidar.
Cuando vi tu foto, ufff...!!! Me emocioné muchísimo. ¡Estás guapísimo!
Las palabras de tu hermano fueron muy emotivas… Fue imposible que alguien no se emocionara. Te echa muchísimo de menos, se nota que estabais muy unidos y sabe perfectamente todo lo que luchabas por vivir un día más.
Está súper orgulloso de ti.

Parece que fue ayer cuando nos vimos en el pueblo por última vez.
¿Sabes? Hace unos días, hablando con un amigo, recordé nuestros primeros días en el pueblo, cuando nos conocimos…
¿Recuerdas cuándo nos íbamos al bar de la abuela “Pita”? Aquel era nuestro refugio, allí podíamos expresar nuestras emociones y miedos, podíamos reír o llorar sin que nadie nos pudiera juzgar.
¡Que paliza me dabas jugando a los dardos!, ¿recuerdas? Jeje… solo acertaba cuando iba por la tercera copa, jejeje… Que tiempos tan buenos…
Pues este espacio es para mí lo mismo que para ti aquel lugar, mi refugio.
Recuerdo una conversación mantenida… ¡Dios! Cierro los ojos y parece que estamos allí… Recuerdo que sin apenas conocerme me dijiste que era una niña encantadora. Te dije que la gente no pensaba lo mismo, la primera impresión que daba era la de una niña antipática y distante. Sonreíste… me diste un abrazo y me dijiste al oído “la gente que piensa eso de ti es porque no te conoce”. Y te contesté “tu a mi tampoco”. Me miraste como creo que nadie lo ha hecho y me dijiste “Te conozco más de lo que tú te crees”.
Estuvimos hablando de cómo no nos gusta que sea la gente, y nos prometimos que siempre nos diríamos la verdad, que siempre que hiciéramos o dijéramos algo que no nos gustara, siempre lo diríamos. Nunca seríamos falsos, nunca nos daríamos la razón por no quedar mal.
Sabes que me gusta la gente que no siempre comparte mis ideas y defiende las suyas.
Recuerdo perfectamente que me dijiste “La persona que nos dice lo que no hacemos bien con cariño… es porque algo le importamos.
”Ojala y tus palabras sean ciertas.

Me encanta recordar el pasado, tanto los buenos como los malos ratos. Todos ellos son la realidad de nuestra amistad.
Estoy muy orgullosa de haber defendido nuestra amistad, sabes que no todo el mundo confiaba en ella, parece que es imposible que un chico y una chica puedan ser amigos sin más.
Esta amistad me ha enseñado y ayudado mucho, mucho más de lo que nadie pueda imaginar. Nunca me cansaré de agradecerte todo lo que has hecho por mí.
De nuevo, muchas gracias.

Creo que es hora de despedirme… No te he contado esto antes porque no es fácil para mí el poder sentarme y escribir. Siempre termino emocionada, bien por lo que escribo, por lo que pienso, por el pasado, presente o futuro…pero siempre termino triste y con el corazón en un puño.
No siempre es lo que necesito.
Mi ángel… solo decirte que eres muy importante para mí, que siempre me acuerdo de ti, y ojala nunca deje de hacerlo.
Muchísimas gracias por de alguna manera seguir estando ahí.